Un recuerdo en la Peña del Olvido



Cajabamba se ubica sobre los 2 mil 650 metros de altura, bajo las faldas de las montañas Chochoconday y Miraflores. Enfrente de éstas dos montañas se impone en la Cordillera Occidental cuyos picos más altos
son el Huaylillas y el Markahuamachuco.

A las 7 de la mañana llegué a Cajabamba. Mi casa parecía inhabitada, pensé que me quedaría afuera, sin embargo uno de los inquilinos salió desde la oscuridad y me recibió amablemente.

La fría mañana me instó a ducharme en agua caliente. Luego desayuné y de inmediato visité a mis amigos. El encuentro fue emocionante y la charla parecía no terminar nunca. Mi objetivo era visitar la Peña del Olvido, a lo que todos mis amigos asintieron.

El desplazamiento abajo no fue difícil. Sin habernos dado cuenta habíamos transitado una accidentada carretera parecida a la de un cauce sin agua llegando por fin a la falda verdusca de la Peña de la Olvido.

Todos quedamos fascinados. Los gigantes eucaliptos casi alcanzaban la cima de la peña, y las plantas de maíz se movían en forma circular. A la distancia escuchábamos las coplas constantes de las palomas que imaginamos abrigaban a sus pichones en los huecos profundos de aquella peña. Al poco rato nos sentamos a platicar y descansar sobre el verde césped. Algunos recuerdos nos brotaban a la mente: las travesuras que hacíamos, los romances o las escapadas masivas del colegio.

Mientras tanto observábamos a una peña desplomada en retazos. Ya no es la misma de antaño. Ahora es una peña dolida, resignada, sin embargo mantiene ese privilegio de ser la más visitada cada feriado, fiesta patronal o carnaval.

Estar en la cima es espectacular, se puede observar una completa vista panorámica. Por un lado se percibe a la hermosa ciudad de Cajabamba y sobre ellos a los guardianes de la ciudad: el Chochoconday y el Miraflores, como una cadena ovalada de cerros legendarios que tienen origen en la cordillera occidental. Por otro lado, se puede observar el caserío de Callash, cuyos atractivos son las altas pircas de piedra, adornadas en la parte superior con pencas y plantas de tunas y que a la vez encierran grandes extensiones de chacras de maíz.

En otro ángulo, se distingue el inmenso valle de Condebamba, con una vegetación muy colorida.

Esta es la PEÑA DEL OLVIDO, cuyos recuerdos los guardo en lo más profundo de mi corazón. Es la peña del olvido pero jamás la olvidaré.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario